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Ukamauyke | Director

Carlos Andrés Ramírez Iglesias

Nació en Quito – Ecuador. Desde muy joven, en el año de 1997, se vinculó a la cultura hip hop de Ecuador y paulatinamente a la de Latinoamérica y el mundo. En un inicio, como medio de expresión, a través de la música y, posteriormente, como el lugar al que recurre con el interés de documentar por medio de la fotografía, audiovisual y producción radiofónica. Sus vínculos con el hip hop y el activismo social se extendieron hacia espacios organizativos como la  agrupación de hip hop Dos Balas (1997-2008) y el  colectivo Comunidad Hip Hop Ecuador (2003-2007), agrupación y  movimiento del cual es fundador.

A la par de esta relación con la cultura hip hop, se da también su acercamiento con el ámbito del documental. De inicio, su formación como fotógrafo la realizó en el CIAF Centro de la Imagen de la Alianza Francesa en la ciudad de Quito. Desde entonces ha consolidado un valioso archivo visual que registra el desarrollo del movimiento hip hop y del arte urbano de Ecuador y Latinoamérica, consolidando  especialmente la producción de dos mediometrajes documentales sobre el movimiento del Graffiti Arte en la ciudad de Quito, Lienzo Urbano (2007) y Bombardeo (2008), actualmente junto a otros fotógrafos e investigadores de Latinoamérica publicó el libro “Alerta que salpica, paredes pintadas de América Latina.

Realizó sus estudios en la Universidad San Francisco de Quito, donde obtuvo el título de Tecnólogo en Medios Masivos de Comunicación, 2009, continuó su formación en España alcanzando los títulos de Master en Montaje Cinematográfico ESCAC, 2011 y Master en Documental y Sociedad ESCAC 2011, fue también ganador del concurso Ventana Andina 2013  con el documental  Rimas y Colores en la Frontera Norte (CAN Comunidad Andina de Naciones 2013). Actualmente trabaja en la distribución de su reciente opera prima, el largometraje documental Ecuatoriano- Boliviano , Ukamau y Ké.

Nota del director

Para afrontar un proyecto tan delicado, especialmente por la desaparición física del personaje principal, tuve que llevar adelante un arduo trabajo personal que me permitió organizar la narrativa de la película sin alejarme de los profundos sentimientos de amistad que aún conservo con Abraham.

Mi primer contacto con él fue en 2005, cuando ambos asistimos al la “1ra Cumbre Mundial del Hip Hop” realizada en Caracas. Nunca olvidaré esa tarde, cuando me llamó la atención su estilo rapero complementado con su vestimenta típicamente andina. Me le acerqué e inmediatamente nos identificamos con el proyecto de Hip Hop Andino que cada uno venía realizando en Ecuador y Bolivia.

Un año mas tarde se comunicó conmigo para contarme sobre su primera visita a la sierra ecuatoriana. Inmediatamente asistí al encuentro, donde escribimos nuestra primera canción juntos y donde filmé una larga entrevista en la que “por error” los 2 interactuamos frente a la cámara.

En 2007 viajé por primera vez a Bolivia y en varias ocasiones fui hospedado por Abraham en su humilde cuarto a las afueras de la ciudad del El Alto. En ese espacio íntimo, fue donde por primera vez me contó la historia de su infancia mientras copiábamos reportajes televisivos y entrevistas radiales sobre su trayectoria. Años después dimencioné la enorme importancia de haber guardado sus recuerdos y tan valioso material audiovisual.

Después de ese viaje nuestras comunicaciones aumentaron y a finales de 2008 pudimos gestionar una gira de Ukamau y Ké por todo el Ecuador. Nos volvimos a encontrar en Quito, donde antes de despedirnos nos propusimos organizar un festival internacional de hip hop en Bolivia, nunca me imaginé que significaría la ultima vez que lo veía con vida.

El jueves 21 de mayo, recibí la terrible noticia de su fallecimiento. Me comuniqué inmediatamente con Elena y sus compañeros de la Radio Wayna Tambo para preguntar sobre las causas de su deceso, en ese momento no pudimos hablar detenidamente sobre el tema y yo no pude viajar para acompañarlos en esa despedida.

Después de varios meses leyendo incontables páginas de internet que recogían el trabajo de Ukamau y Ké, pero especialmente cuando supe de la publicación de su segundo disco sin su presencia física, entendí realmente la dimensión mundial que tuvo el proyecto de Abraham, fue en ese momento que decidí reorganizar mis ideas y generar una propuesta audiovisual que pudiera contar la historia de su vida.

El tiempo que compartí junto a él me otorgó el punto de partida de la película, pero fue solo después de varios años que pude ubicar la necesidad de mi presencia no solo como director, sino también como personaje dentro de la historia, fue así que el vínculo profundo que durante años generé con Abraham, se pudo transformar en un recurso narrativo que me permitió contar la historia de mi amigo a través del lenguaje cinematográfico y me brindó tambien la oportunidad de despedirlo gracias al permanente retorno de su vida y de su muerte.